sábado, 27 de junio de 2015

Un gato y un bebé en casa

Como cualquier padre con dos dedos de frente, incluso como alguno que tiene solo uno, me preocupa la salud y bienestar de mi hija, así que teniendo gato en casa impera la limpieza.

Al igual que durante el embarazo, muchos han sido los detractores de la permanencia de mi gata en casa por lo que pudiera hacerle a la chiquilla.
Pues nada. A día de hoy, después de cuatro meses, no le ha hecho nada.
Se acuesta cerca de ella, normalmente a los pies y pasa completamente de todo.
También estaba aquello de "le va a coger celos a la chiquilla". Pues, oye, no. Y no le ha cogido celos porque me he encargado de que eso no pasase atendiendo a la gata como lo he hecho siempre, dándole su juego como siempre, y lo más importante: dejándola estar con nosotros y acercarse al bebé. Así la ha reconocido como una más de la familia y tan feliz que está.
Lo que no sé es si esa felicidad le durará cuando mi hija aprenda a andar y quiera perseguirla para chuparle algo...

Algo importante también, y en contra de lo que la mayoría piensa, el contacto con animales desde bebés estimula el sistema inmune, ayudándole a que se fortalezca y prevenir futuras infecciones y alergias.

¿Tienes animales en casa con tus hijos?


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